Trabajar de “au pair” es una de las opciones que muchas personas jóvenes eligen para mejorar su idioma y vivir una experiencia en otro país. El trueque consiste en ser acogido por una familia que permite ahorrar el alojamiento y la manutención de estar fuera de casa a cambio de cuidar a los pequeños de la casa, así como realizar algunas tareas domésticas. El resto de condiciones se negocian con la propia familia, estableciendo cuestiones como la existencia o ausencia de una paga semanal, cuántas horas diarias debe dedicar a sus obligaciones en la casa o si hace falta tener carné de conducir.

Como la convivencia siempre es difícil, especialmente con gente que no se conoce, hay que tener en cuenta algunos consejos para aquellas personas que pasarán este verano trabajando para otra familia con el fin de mejorar su idioma.

Separa tu vida personal y laboral: procura dejar claras las condiciones laborales antes de comprar el vuelo y mejor aún si se recogen por escrito. Hay que conocer el número de horas que se dedicarán a las tareas del hogar o los niños y separarlo de la vida personal.

No te olvides de las clases particulares: el objetivo principal de este tipo de trabajos es aprender o mejorar otro idioma. Busca un buen profesional para recibir clases particulares o acude a una academia donde las clases tengan grupos reducidos.

Socializa con otra gente: echarás de menos a familia y amigos. La familia de acogida no te verá como un miembro más, por lo que es importante socializar con más gente para no caer en la absoluta soledad. Aprovecha la afición que más te guste practicar para conocer gente nueva, como puede ser el deporte, la informática, las manualidades, la cocina, etcétera. Y propón a tus compañeros de clase tomar algo de vez en cuando.

Habla con la familia de acogida: la experiencia de estancia en familias depende de cada persona. No hay una fórmula exacta que ayude a conocer cuál te tratará mejor o peor, por lo que es fundamental que exista comunicación con todos sus miembros. Cumple las normas y horarios que existan en la casa, sé amable con las invitaciones que te hagan, niégate a hacer aquello que no consideres oportuno y pregunta cualquier duda que tengas. Utiliza la educación y las buenas palabras para plantear aquellas cuestiones que surjan.