A ningún actor se le ocurriría salir a escena sin estudiarse a fondo su papel y sin haber realizado numerosos ensayos. En la actualidad, el número de entrevistas o procesos de selección que vamos a afrontar para conseguir un empleo se presupone bajo, por lo que la preparación de la entrevista es un proceso fundamental para conseguir un puesto de trabajo y para no encontrarse con sorpresas desagradables.

En primer lugar, hay que conocer la empresa que nos entrevista: visitar su página web, estar al tanto de sus proyectos, de las personas que trabajan en ella (LinkedIn es una gran fuente de información para esto), y del sector, de forma que podamos crear un juicio de valor sobre por qué nos interesaría trabajar en esa empresa y de qué manera nuestro perfil se adecúa a la oferta.

En segundo lugar, es un acierto llevar una copia del CV consigo ya que puede darse que la persona que nos entreviste no haya tenido acceso a esta información. El mismo deberá estar en el idioma del puesto al que optamos y han de evitarse otros errores como: faltas de ortografía, formato, o la seriedad y rigurosidad en los datos que contiene.

Las entrevistas de trabajo suelen ser de dos tipos (y, con frecuencia, se mezclan): curricular y de competencias.

- En una entrevista curricular vamos a ir desgranando nuestra formación, experiencia profesional, logros, y expectativas. Conviene tener muy claras las razones por las que se adquirió determinada formación, las tareas realizadas en los diferentes trabajos, las fechas de entrada y salida, así como las razones que impulsaron los cambios, evitando incluir información no relevante (un trabajo temporal que no tenga que ver con el puesto, por ejemplo). Y ser capaces de desarrollar las expectativas que se tienen respecto al futuro profesional (y relacionarlas hábilmente con qué se puede aportar a la empresa que nos está entrevistando).

En una entrevista de competencias, el empleador busca conocer las formas de actuar de los candidatos ante imprevistos, cargas de trabajo, etc… Buscan medir su capacidad de resolución de problemas, de empatía y gestión de conflictos en trabajo en equipo, de anticipación ante dificultades, etc… Conviene, si nuestra experiencia laboral lo permite, ilustrar estas situaciones con ejemplos reales.

Para finalizar, existen otros factores muy relevantes que hay que vigilar en la entrevista, como la imagen externa (vestimenta, higiene, comunicación no verbal, etc…)